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¿Qué es el virus del papiloma humano (HPV)?

El HPV es la infección de transmisión sexual más común. Es una infección viral que se puede transmitir de una persona a otra mediante las relaciones sexuales anales, vaginales u orales, o mediante otro tipo de contacto cercano con la piel durante actividades sexuales.

El HPV puede afectar distintas partes del cuerpo siendo un lugar muy frecuente de infección el ano. Estudios epidemiológicos realizados en Estados Unidos de América muestran que 75% de la población de entre 15 y 50 años está infectada.

Se han identificado 90 tipos distintos de HPV, aunque si se incluyen aquellos probables nuevos tipos cuyos genomas no han sido aun completamente analizados, el número total de tipos superaría los 100. Alrededor de 40 tipos de HPV pueden infectar el tracto genital y ano. Los tipos más frecuentes que afectan los genitales externos son los HPV 6 y 11 y se reconocen otros tipos capaces de generar cambios celulares que podrían derivar con el transcurso de los años hacia el cáncer de ano. Los virus clasificados como de alto riesgo o carcinogénicos en la actualidad son los HPV 16, 18, 31, 33, 35, 39, 45, 52, 56, 58, 59, 68, 73 y 82.

¿Cómo se contagia el HPV?

La vía de transmisión más común para el HPV genitoanal en adultos es la sexual, si bien no la única. También puede producirse por traumatismos con material contaminado, contacto con prendas o con superficies contaminadas con el virus. Tanto pacientes heterosexuales como homosexuales tienen la posibilidad de contagiarse el HPV en la región anal.

¿Cuáles son los síntomas del HPV anal?

La presentación habitual es en forma de lesiones denominadas condilomas o verrugas anales. Generalmente, las verrugas aparecen como pequeños bultos o grupos de bultos en la zona genital alrededor del ano. Estas verrugas pueden ser pequeñas o grandes, abultadas o planas, o con forma de coliflor. Pueden desaparecer, quedarse igual o aumentar en tamaño o cantidad. Por lo general, un especialista en Coloproctología puede diagnosticar las verrugas genitales simplemente con verlas. Estas verrugas pueden volver a aparecer, incluso después del tratamiento.

¿Puede el HPV generar cáncer?

Si, las infecciones por tipos de HPV clasificados como de alto riesgo pueden generar cáncer. Entre estos están el cáncer de cuello uterino en las mujeres, el cáncer de pene en los hombres y el cáncer de ano tanto en las mujeres como en los hombres. El HPV también puede causar cáncer en la parte de atrás de la garganta, incluida la base de la lengua y las amígdalas (llamado cáncer orofaríngeo).

El cáncer anal no es muy frecuente pero se estima que en pacientes con relaciones homosexuales dicho riesgo se multiplica 80 veces, siendo también mucho mayor la incidencia en pacientes HIV positivos que presentan las defensas bajas. Es importante destacar que el 90% de los cánceres de ano se relacionan con el Virus del Papiloma Humano (HPV).

¿Puedo prevenir el cáncer de ano relacionado al HPV?

A través de los métodos de screening o “pesquisa” se intenta detectar las lesiones precursoras o “premalignas” denominadas Neoplasia Intraepitelial Anal (AIN). Esto nos permite el tratamiento de las lesiones en estadíos iniciales con la prevención secundaria del cáncer, así como la detección precoz de los tumores. El cáncer de ano diagnosticado tempranamente presenta tasas de curación superiores al 90%.

Algunos autores sugieren realizar pesquisa del cáncer anal en forma rutinaria para la población de alto riesgo (pacientes HIV positivos, hombres que tienen sexo con hombres, mujeres con antecedentes de neoplasia intraepitelial de alto grado o cáncer del tracto genital inferior y pacientes inmunosuprimidos).

¿Son dolorosos los métodos de screning o “pesquisa” para detectar lesiones precursoras de cáncer de ano?

En absoluto. Hoy en día se utiliza el PAP anal y la anoscopía de alta resolución los cuales en la mayoría de los casos se realizan bajo sedación anestésica.

¿Cuál es el tratamiento para el HPV?

Es importante destacar que el virus una vez ingresado al organismo no se cura, sino que presenta estadíos de remisión y brote. La frecuencia de los brotes así como su gravedad dependen del equilibrio entre la agresividad del tipo de HPV y la inmunidad del paciente. El tratamiento se encuentra dirigido hacia el manejo de las lesiones (verrugas) y la prevención de la recidiva. Si bien las verrugas anales pueden desaparecer espontáneamente, actualmente existe consenso en recomendar realizar la consulta con el especialista a fin de tratar las lesiones así como obtener muestras para su estudio.La erradicación de las verrugas puede realizarse a través de distintos métodos:

METODOS FÍSICOS:

  • Radiofrecuencia
  • Cirugía Láser
  • Electrocoagulación

METODOS QUÍMICOS (topicaciones)

  • Ácido Tricloroacético (TCA)
  • Podofilina

INMUNOMODULADORES (cremas)

  • Interferón
  • Imiquimod
  • 5-fluoruracilo

La electrocoagulación con la obtención de una porción de material para estudio histopatológico es el patrón oro en el tratamiento de los condilomas acuminados. El objetivo de este método es el de producir una quemadura tipo A sobre el condiloma, además de la resección de un fragmento de los mismos. Si la quemadura no es más profunda de lo necesario, el dolor postoperatorio puede manejarse con analgésicos comunes, ser muy escaso o nulo. La eliminación completa de los condilomas se logra en una sola sesión en más del 80% de los casos y la recidiva de los mismos es menor al 30%. El desarrollo de los equipos quirúrgicos con láser no se ha difundido debido a los elevados costos y a que no se han demostrado ventajas en relación a la cirugía convencional. La recaída de los condilomas parece deberse a persistencia del virus (ADN viral) luego del tratamiento, por esta razón es que en algunos casos se ha intentado añadir al tratamiento realizado algún método adyuvante de tipo inmunológico, como la inyección local de interferón o la aplicación tópica de imiquimod al 5%.Los tratamientos generalmente son indoloros y se pueden realizarse en forma ambulatoria.

¿Cómo puedo reducir las posibilidades de contraer el HPV?

Hay dos medidas que puede tomar para reducir su riesgo de contraer el HPV y las enfermedades relacionadas con este virus.

La primera se basa en la recomendación de la vacuna contra el HPV. La vacuna es segura y eficaz y protege tanto a hombres como a mujeres. En la actualidad se dispone de tres vacunas contra el HPV autorizadas por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU (FDA). La vacuna bivalente (Cervarix®), la tetravalente (Gardasil®) y la nonavalente (9 Gardasil®). Las tres vacunas protegen contra el HPV 16 y 18, los cuales causan el 66% de los cánceres cervicales y la mayoría de los cánceres vinculados al HPV. La vacuna tetravalente previene cuatro tipos del HPV: HPV 16 y 18, así como también contra el 6 y el 11, que causan la mayoría de las verrugas genitales. La vacuna nonavalente protege contra 5 tipos de HPV adicionales: 31, 33, 45, 52 y 58, que causan el 15 % de los cánceres de cuello uterino. La vacuna tetravalente y la nonavalente también han mostrado que protegen contra los cánceres de ano, vagina y vulva. Ambas vacunas están autorizadas para su administración en los hombres.

Lo ideal es que los pacientes se vacunen antes del inicio sexual, que es cuando podrían exponerse al HPV. Los pacientes que ya estén infectados por uno o más tipos del HPV aún pueden recibir protección contra los otros tipos de este virus que todavía no hayan adquirido. En la Argentina a partir del 2011, se incorpora la vacuna contra HPV al calendario de vacunación nacional. Actualmente se aplica la vacuna tetravalente a todas las niñas a partir de los 11 años de edad. La vacunación es gratuita y obligatoria. El ente regulador Argentina (ANMAT) también aprobó el uso de la vacuna tetravalente en varones de 9 a 26 años.

La segunda medida consiste en el uso de preservativos en forma correcta en cada relación sexual y durante la totalidad de la duración de la misma. Esto reduce las probabilidades de contraer cualquier infección de trasmisión sexual, incluida la infección por el HPV. Sin embargo, el HPV puede infectar zonas no cubiertas por el condón, por lo que la protección no es total. Se recomienda por ende la abstinencia de relaciones sexuales en los pacientes que padecen de verrugas hasta tratadas las mismas.

¿Qué significa para mi relación tener el HPV?

Por lo general, las infecciones por el HPV son temporales. Una persona puede ser portadora del virus desde muchos años antes de que aparezcan las lesiones cutáneas, por lo que no hay manera de saber por cuánto tiempo usted ha tenido el virus o si su pareja se lo transmitió. El HPV no necesariamente es un signo de que usted o su pareja estén teniendo relaciones sexuales con otras personas. Es importante que las parejas sexuales hablen de su salud sexual y de los riesgos de todas las infecciones de transmisión sexual.

¿Por qué es importante consultar con un especialista en Proctología?

Un especialista en esta materia podrá realizar el diagnóstico en forma rápida y sencilla y cuenta con la experiencia suficiente para determinar, junto con el paciente, el mejor tratamiento así como las medidas de seguimiento para cada caso.

El especialista puede también brindar una consulta integral a las parejas afectadas por esta enfermedad así como otras infecciones de transmisión sexual y evacuar dudas sobre las formas de contagia y salud sexual anal.